Hemos querido dedicar una publicación completa a uno de los tumores más extraños y menos conocidos por los propietarios de gatos que, además, es agresivo debido a su notable capacidad de infiltración. El SAPI fue descrito por primera vez a finales de la década de los ochenta por la Dra. Hendrick -de la Universidad de Pensilvania- al notar un incremento en la incidencia de sarcomas. Lo curioso era que la región afectada era sobre todo la interescapular, donde normalmente se aplicaban las inyecciones de vacunas 💉 contra la rabia, coincidiendo con la promulgación de una ley que establecía como obligatoria la vacunación antirrábica para todos los gatos 🐈🐈🐈.

ADEMÁS DE LA VACUNA… 🤭

El SAPI sigue intrigando a la comunidad científica y se sigue investigando. De hecho, se ha descubierto un dato sobre su patogénesis que relaciona la existencia de una predisposición genética en la que un proceso inflamatorio crónico puede derivar en una transformación maligna.

Además se siguen publicando casos de SAPI descritos tras la aplicación de otro tipo de materiales como son la sutura quirúrgica no reabsorbible o el microchip, o bien sustancias como los corticoides de acción retardada o el propio cisplatino, un agente alquilante empleado en quimioterapia precisamente para el tratamiento de sarcomas y algunos carcinomas.

Por todo lo anterior, en la actualidad el término indicado es el de sarcoma asociado al punto de inyección, ya que su desarrollo viene asociado a cualquier sustancia inyectable.

¿CÓMO ES EL SAPI? 🕵️‍♂️

Se trata de una neoplasia pobremente encapsulada cuya malignidad y complicación radica en su capacidad para infiltrarse en las capas fasciales -de tejido conectivo- adyacentes, llegando incluso a las más profundas. Esto hace que su escisión quirúrgica sea extremadamente difícil o casi imposible sin una cirugía agresiva que permita eliminar con seguridad todos los bordes o ramificaciones. De ahí que sean necesarias técnicas de imagen avanzadas como el TAC o la RMN.

PERO, ¿CUÁL ES LA CAUSA? 😾

En la actualidad aún no están bien establecidas las causas del SAPI pero se sospecha de las sustancias adyuvantes de la vacuna y de la reacción inmune local contra los antígenos que ésta incluye. Por otro lado, se sospecha que la mutación de ciertos genes estaría relacionada.

Además, los sarcomas se dan con todos los tipos existentes de vacunas felinas, incluidas las que no contienen adyuvantes y en ningún caso se ha relacionado la aparición de estos tumores, con la vacuna de un fabricante en particular. El proceso de inflamación se ha considerado como desencadenante, aunque algunos gatos no la presentan.

La inflamación persistente y la cicatrización de las heridas, interaccionan con algún componente de la vacuna, que trae aparejado la proliferación de fibroblastos y miofibroblastos, que degeneran en una transformación neoplásica, vía un mecanismo aún no conocido.

¿QUÉ SABEMOS? 📑

Diferentes factores han sido evaluados como posibles desencadenantes del SAPI, pero solo se tiene la certeza de que uno influya realmente.

👉 Mezclar el producto en una jeringa o no, no influye.

👉 El tipo de jeringa no influye.

👉 Agitar el producto o no, no influye.

👉 Dar un masaje tras la vacuna no influye.

👉 Esterilizar y reesterilizar la jeringa no influye.

👉 El calibre de la aguja no influye.

👉 Los tipos y marcas de vacunas no influyen.

👉 El único factor que influye es que el contenido de la vacuna esté frío. ❄️

Como se extrae de lo anterior, vacunar NO es peligroso NI predispone al SAPI. Solo se debe evitar la inoculación del contenido enfriado de la vacuna. Los expertos en oncología hacen hincapié en la importancia de la prevención contra otras enfermedades muy graves o mortales mucho más frecuentes y que se evitan fácilmente vacuando contra ellas.